El primer paso hacia ese futuro lo ha dado la ciudad de Newark (Estado de Delaware, Estados Unidos), que surte de energía eléctrica a sus 30.000 habitantes mediante una empresa municipal. Ha sido la primera ciudad en aprobar la utilización de un automóvil totalmente eléctrico para almacenar y verter energía a la red local. El vehículo es experimental y está diseñado para aumentar la fiabilidad de la red, explican los promotores del concepto Vehículo a Red (V2G), de la Universidad de Delaware.
"El viento tiende a ser más fuerte por la noche, cuando el consumo es bajo. Si la producción eólica carga los coches por la noche, el operador podría utilizar luego la energía almacenada en las baterías cuando el coche esté parado y enchufado, y al propietario se le pagaría más de lo que le ha costado cargar la batería", comenta Willett Kempton, profesor de la citada universidad.
Otras ciudades estadounidenses, como San Francisco (California) y Austin (Tejas), están en la misma idea, pero Newark es la primera que la lleva a cabo. La energía almacenada por la batería del vehículo puede cubrir la demanda de siete u ocho hogares durante 30 minutos. A finales de 2009 habrá una flota de seis vehículos para demostrar la viabilidad de conectarse conjuntamente a la red.
La aprobación administrativa es un paso imprescindible para seguir adelante, porque implica un estudio técnico previo para asegurar que las baterías de los coches no verterán energía a la red eléctrica cuando ésta esté caída por avería, mantenimiento o reparaciones. De lo contrario se pondría en peligro a los operarios. La certificación es similar a la que se aplica a las instalaciones de energía fotovoltaica que vierten a la red, explica Sam Sneeringer, director adjunto para la red eléctrica municipal.
En nuestro país, a pesar de que la energía eólica es cada vez más importante y produce picos que no se aprovechan, no está en marcha ningún proyecto piloto de este tipo, según Red Eléctrica de España. El 22 de enero se alcanzó un récord de generación eólica con 11.159 megavatios simultáneos, que cubrieron el 26% de la demanda eléctrica. –