El consejero cree necesario "marcar un horizonte energético, durante los próximos 30 años, basado en la energía eólica", pues considera que es la "única solución viable" para "trabajar contra el cambio climático".
El consejero se ha manifestado así al ser preguntado por las declaraciones de cinco organizaciones conservacionistas, que han pedido el aplazamiento del concurso de adjudicación de potencias en tanto que no se disponga de una evaluación estratégica ambiental para elaborar un plan eólico "racional", basado en las necesidades reales de la región.
Martín ha explicado que se trata de un proceso "reversible" ya que en el futuro se podrían retirar los aerogeneradores y optar por otro sistema energético, sin que queden "efectos permanentes" en el territorio cántabro.
Para el consejero, el problema está en la falta de información sobre qué es lo que en este momento está a concurso y, en este sentido, ha explicado que el Gobierno ha adoptado las medidas técnicas y científicas necesarias para sacar un concurso de preadjudicación de potencia.
"No se están aprobando proyectos ni se está dando viabilidad a actuaciones concretas en el territorio, se está preadjudicando potencia, eligiendo las zonas y quiénes van a ser los proveedores que generen esa energía en el futuro en Cantabria", ha puntualizado.
El consejero ha explicado que después habrá que desarrollar los proyectos eólicos concretos, que ya supondrán actuaciones de construcción y que tendrán que pasar por una evaluación ambiental "generador por generador".
Martín ha dicho que "se está intentando evitar que la sociedad tenga un conocimiento puntual respecto a la evaluación medioambiental del plan energético".
En ese momento, el Gobierno estará obligado a abrir un proceso de información pública en el que cualquier persona o asociación podrá lanzar sus críticas y alegaciones, ha recordado el titular de Medio Ambiente.
"Es como pedir que se valore medioambientalmente una carretera que aún no está proyectada", ha comparado el consejero.
En cuanto a la posibilidad de utilizar otras energías renovables, Martín ha explicado que en Cantabria no hay suficientes horas de sol para optar por la fotovoltaica y ha agregado que los sistemas técnicos de generación de energía maremotriz no están suficientemente desarrollados.
Cantabria trata de recuperar el tiempo perdido con el Plan Eólico, lo que ha desatado la histeria de algún sector conservador, y también de algunos conservacionistas ignorantes, y que en última instancia favorecen las emisiones de CO2 y las centrales nucleares.
El Gobierno de Cantabria va a impulsar decididamente el aprovechamiento de las fuentes de energía renovables.
En Octubre de 2006 la Comisión de Industria del Parlamento de Cantabria, tras la aprobación del Consejo de Gobierno, aprobó el Plan Energético de Cantabria en el que se plantean las bases del futuro energético de la región.
Tras una revisión en 2008, actualmente, se establecen los siguientes objetivos:
1. Reducción del consumo de energía primaria en Cantabria en un 11,2% respecto al consumo previsto para el 2011.
2. Fomento del ahorro de energía final para obtener en el horizonte de 2011 una reducción anual del 2,6% respecto a lo previsto.
3. Incremento de la participación de las energías renovables en el balance energético hasta el 21%. Promoción de la electricidad generada a partir de fuentes de energía renovable hasta que represente el 60% del balance.
4. Reducción del saldo energético de Cantabria.
Cantabria presenta un notable retraso, en comparación con otras comunidades y con los países de nuestro entorno, en el aprovechamiento de fuentes de energía renovables. Con el fin de corregir esta situación, el Gobierno de Cantabria se ha planteado, entre otras acciones, la posible implantación de parques eólicos.
Se contempla contar en 2011 con una potencia instalada total de unos 1000 – 1200 MW, por medio de generadores de 2-3 MW de potencia cada uno, lo que supone unos 20-25 parques con 20 generadores cada uno. Se pretende que dicha instalación se haga de manera respetuosa con el entorno, reduciendo al máximo los posibles impactos ambientales.
Esto implica la necesidad de identificar las zonas que presentan mayor aptitud para acoger dicho tipo de actividad, entendiendo por tales aquellas que combinen de manera adecuada la capacidad de aprovechamiento del recurso y una vulnerabilidad reducida de los factores ambientales significativos.
Por otro lado, debe considerarse que la implantación de este tipo de aprovechamientos ha de realizarse desde una perspectiva esencialmente ambiental. Esa perspectiva incluye tanto un aumento de la participación de las fuentes renovables en el abastecimiento energético de Cantabria (con la consiguiente reducción en el consumo de combustibles fósiles y de los problemas de contaminación y emisión de gases de efecto invernadero que de ello se derivan), como la selección de los emplazamientos más adecuados y la puesta en práctica de medidas de mitigación de forma que se minimicen los impactos ambientales.
Consecuentemente con este impulso, el Gobierno de Cantabria plantea conseguir una importante capacidad de potencia eólica instalada, hasta alcanzar los 1.500 MW de potencia.
El Plan Eólico tiene un objetivo: corregir la situiación de atraso y posibilitar que el horizonte de 2011 Cantabria pueda contar con una potencia eólica instalada de unos 1.000-1.200 megavatios (1.500 la última previsión), mediante generadores de 2-3 megawatios de potencia cada uno.
Con esas directrices, el proyecto final ya alumbrado que ha dado pie al concurso eólico de Cantabria (que incluye la gran variable de tener el añadido de requerir y poner en valor proyectos complementarios pero prioritarios de I+D+i) determina tres grandes áreas seleccionadas para acoger los futuros parques eólicos.
La primera se situaría en el cono Sur de la región, comprendiendo fundamentalmente las comarcas de Campoo y Valderredible. Una segunda zona, central, discurriría en dos corredores: uno desde Los Corrales hasta Bárcena de Pie de Concha y hacia el Este y un segundo por la sierra del Escudo, también hacia el Este (se añadirían localizaciones puntuales cercanas a Ibio, Cabezón de la Sal y Puente Viesgo).
Una tercera área seleccionada como apta y con gran capacidad eólica y, por tanto, dónde han quedado definidos en el Plan los llamados ‘polígonos eólicos’ se situaría hacia el Este regional, en concreto hacia el Sur y el Este de Liérganes, con otra zona muy definida en Soba en el límite con la provincia de Burgos.
La ocupación final de esos espacios susceptibles de acoger parques eólicos supera las 10.447 hectáreas, una extensión que supone una posible ocupación eólica (si se llegara al cien por cien) del 2% del territorio regional y del 5,8% de la superficie considerada como ‘recurso eólico aprovechable’.
En todos los casos se trata de zonas elegidas tras analizar múltiples variables y constatar que es prefectamente admisible la instalación de aerogeneradores sin que se produzcan impactos ambientales significativos. Todo ello sobre la base de medir y analizar con detalle parámetros muy determinados: recurso eólico, uso de suelo, protección ambiental específica, formaciones vegetales de interés, turberas, árboles singulares, espacios de la Red Natura 2000, áreas de protección del oso pardo, Plan de Ordenación del Litoral, núcleos de población y viales, espacios naturales protegidos, patrimonio, especies de fauna o impacto visual.
Un trabajo minucioso y participativo que, como dice el propio informe, hizo que por ejemplo se rechazaran algunas zonas consideradas inicialmente como aptas tras un anális sobre el terreno desarrollado por expertos de la Sociedad Española de Ornitología. Su pronunciamiento hizo que se eliminaran del catálogo de zonas aptas cuatro polígonos potencialmente eólicos, todos ellos ubicados en la zona Sur de la región.
Las áreas elegidas en el estudio del Plan Eólico afectan a terrenos de 42 municipios de la comunidad autónoma, aunque en muchos casos la localización potencial elegida es mínima en comparación a la superficie total de algunos ayuntamientos. Lo que si queda acreditado a decir de los técnicos es que la potencia eólica propuesta es compatible con la preservación del medio ambiente y se pueden mantener los impactos ambientales que se generen dentro de límites considerados aceptables.
Lo que también hace el informe de estrategia eólica es establecer unas recomendaciones de carácter general para prevenir y mitigar posibles impactos. Y relaciona 16 puntos en los que va concretando qué medidas se deben adoptar.
Establece que una vez diseñados los preproyectos de cada uno de los parques a instalar (con emplazamiento preciso de los aerogeneradores, líneas de evacuación de energía y pistas de acceso) se haga un reconocimiento detallado de esas localizaciones con el fin de establecer que no hay impactos significativos y, llegado el caso, poder sugerir cambios. Ese chequeo debe incluir un análisis de las especies sensibles de cada polígono.
Los expertos apuntan que ese trabajo debe ser realizado por un equipo independiente de la futura empresa instaladora. El análisis será más detallado en el supuesto de polígonos ubicados en zonas con potencial arqueológico muy alto.
A título orientativo (la ocupación total de las zonas elegidas dependerá finalmente de la decisión de las empresas que obtengan la concesión en función de la rentabilidad económica y de la capacidad de evacuar la energía producida a la red) el estudio subraya que hay superficie suficiente en la región -respetando todas las variables parametrizadas- para instalar la potencia eólica propuesta manteniendo los impactos ambientales dentro de los límites aceptables.
Una estimación grosera fija que podrían instalarse entre 500 y 750 aerogeneradores; se cita textualmente que este dato debe considerarse como una simple orientación ya que el presente análisis se ha circunscrito a los condicionantes ambientales y no ha incluido una evaluación de las condiciones técnicas para la instalación de las estructuras necesarias.
En cualquier caso, si se tomara en cuenta esa variable la resultante final hablando en términos de números de aerogeneradorses sería menor. Por zonas, en la A (corredor central Corrales-Bárcena y sierra del Escudo) el número de molinos oscilaría entre los 150 y los 201; en la zona B (hacia el Este de Liérganes y en el área de Soba) entre 197 y 250 y en el área C (conor Sur, Campoo-Valderredible) entre 150 y 235.
La estrategia del Plan Eólico, el estudio sobre la fuerza de los vientos, el decreto eólico, la zonificación y otros pormenores son públicos y pueden conocerse a través de www.genercan.es.
www.gruposodercan.es/archivos/documentos_contenidos/1050_13.EstrategiaAmbiental.pdf