El gobernador Juan Schiaretti anunció en Río Cuarto que presentará un proyecto y buscará inversores para instalar un parque de producción de energía eólica en la zona sur de la provincia. La obra se licitaría en noviembre.
El mandatario reiteró este anuncio que se hizo ya tiempo atrás, pero que en esta ocasión sumó datos concretos sobre la característica del proyecto y anunció además que dicha obra se licitará posiblemente el 26 de noviembre de este año.
Luego de varios estudios realizados por la Empresa Provincial de Energía Eléctrica (EPEC) y la Provincia, y a través de la instalación de tres torres en la zona mencionada en el último año, se comenzará a trabajar en este proyecto que posibilitará la creación de un parque eólico que tendría hasta 150 megavatios de potencia.
Según explicó el presidente de la EPEC, Daniel Bonetto, la obra contará con aerogeneradores que serán instalados en la zona oeste de la ciudad de Río Cuarto, ya que allí se han encontrado condiciones favorables para utilizar esta energía alternativa renovable y limpia.
Las investigaciones realizadas en este sentido parten de la ley nacional N° 26190 que reglamentó en el año 2009 la necesidad de confeccionar un mapa eólico nacional; en esa ocasión la provincia de Córdoba participó en la confección que derivó en la instalación de 16 estaciones meteorológicas, donde se hicieron los estudios para componer el mapa eólico provincial propio.
Fue en abril del corriente año que la Provincia inició trabajos y mediciones a los fines de encontrar el lugar más apto para la ubicación de los equipos, surgiendo de allí que la zona de Achiras, por sus vientos reinantes es la más propicia.
El proyecto se denomina BEC, iniciales que significan Bosque Eólico Córdoba. Entre los beneficios que mencionan que aporta la generación de energía eólica es que es abundante, renovable, y limpia. y ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero al reemplazar generación termoeléctrica a base de combustibles fósiles.
De acuerdo al trabajo presentado por el Gobierno Provincial, Argentina cuenta con un total de 13 parques eólicos localizados en seis provincias que suman una potencia instalada de 29,7 MW registrando un interesante factor de capacidad cercano al 30%.
Los parques que se encuentran funcionando en la Patagonia alcanzan regularmente factores de capacidad que oscilan en el 40% o más.
Tras el estudio de las mediciones hechas en la zona considerada apta para este proyecto, se llegó a la conclusión que el factor de capacidad es de 41 por ciento, superando en algunos casos la generación eólica de los parques que hoy funcionan en otros puntos de Europa.
El proyecto ya está listo, y ahora queda sólo encontrar inversores para que finalmente también en el sur cordobés comience a generarse energía a través del aprovechamiento de los vientos, siempre presentes en esta región.
Los vientos aprovechables para energía eólica no sólo están en la Patagonia. Estudios encargados por la Empresa Provincial de Energía (Epec) permitieron determinar un canal de viento en la zona cercana a Achiras, unos 50 kilómetros al oeste de la ciudad de Río Cuarto, con una capacidad de producción de energía que superaría en mil horas anuales a los parques eólicos instalados en Europa.
Sería la primera experiencia en Córdoba de búsqueda de energía renovable y ambientalmente limpia. Según explicó el presidente de la Epec, Daniel Bonetto, la obra contará con aerogeneradores que serán instalados entre Achiras y la zona de La Lagunilla, ya que allí encontraron condiciones favorables para explotar esta energía alternativa y renovable. El punto se ubica cerca del límite con San Luis.
Según trascendió, ya dieron a conocer su interés en el emprendimiento empresas de Brasil y España. Bonetto reveló: "La estimación es de una inversión de dos millones de dólares el megavatio, por lo que acá podría llegar a ser de 300 millones de dólares, aunque ningún parque es igual a otro".
La búsqueda se orientará en principio a empresas o fideicomisos privados que intenten recuperar la inversión con la venta de la electricidad que produzcan.
La idea es crear en el lugar ya elegido un "bosque eólico", con 150 aerogeneradores que generarán un megavatio cada uno. 150 megavatios representa –según Epec– el 10 por ciento de la potencia instalada propia de generación hoy en la provincia de Córdoba.
Un dato para comparar: la Central Nuclear de Embalse puede generar hasta 600 megavatios.
Héctor Mattio, reconocido especialista en la materia y director del Centro Regional de Energía Eólica de Chubut, visitó la zona de Achiras en abril pasado y mostró su conformidad con las mediciones realizadas desde hace más de un año por Epec (con tres torres de análisis instaladas, dos en la zona rural y una en la urbana) y dio su "visto bueno" a la iniciativa cordobesa.
Epec recordó que Argentina es un país con larga tradición eólica, aunque no haya desarrollado aún muchos parques de generación. Se estima que sólo la llanura pampeana cuenta con la mayor concentración de molinos de campo de todo el mundo, para uso individual, con más de 400.000 unidades.
En el país ya funcionan 13 parques eólicos, en seis provincias (Argentina es pionera en esta materia en Latinoamérica), que suman una potencia instalada de 29,7 MW.
En Córdoba, Epec hizo un relevamiento con datos de topografía, rugosidad y de 20 estaciones del Servicio Meteorológico Nacional a partir de la ley de fomento nacional para el uso de fuentes renovables de energía, sancionada en 2006 y reglamentada este año.
Argentina sólo tiene 31 MW instalados, cifra que contrasta con los 16.754 MW de España, que tiene unos recursos eólicos muy inferiores. El potencial de desarrollo es inmenso, siempre que se adopten las políticas adecuadas.
La decisión del Gobierno argentino de avanzar con la instalación de parques que aseguren, de aquí a tres años, una producción de 300 megavatios (MW), abre la puerta a movimientos comerciales y de creación de empleo por más de 600 millones de dólares.
Si su territorio estuviera plagado de molinos, el país podría generar energía eólica por hasta 2.000 Gigavatios (GW). Pero los pocos emprendimientos de este tipo que existen aportan 30 MW, una ínfima parte del potencial. Lo reveló un estudio de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), que reclamó al Gobierno una política que estimule nuevas inversiones en ese sector.
La Argentina cuenta, a partir de la Ley 26.190/06, con un plan para el desarrollo de energías renovables. Su objetivo es que en 2016 ese tipo de energías lleguen a cubrir 8% de la demanda total, o el equivalente a 2.500 MW. Para esto, según la previsión oficial, se necesitarán instalaciones eólicas que demandarán inversiones por entre U$S 2.200 y 2.700 millones.
La CADER recordó que, sin embargo, pasados tres años todavía no se avanzó en la reglamentación de esa ley. Y señaló que, en ese contexto, "el marco legal vigente lamentáblemente no genera las condiciones" para el desembarco de las inversiones necesarias.
Desde 1994, en el país se han instalado 45 parques eólicos de baja potencia, principalmente de la mano de cooperativas eléctricas. La última incorporación ha sido una turbina de 2 MW instalada por la minera Barrick en su mina Veladero, de San Juan.
Y en danza hay una serie proyectos impulsados por el propio Estado en la región patagónica, que incorporarían 300 MW de potencia. Adicionalmente hay iniciativas privadas para generar 25 MW en La Rioja (IMPSA), otros 100 MW en dos parques en Comodoro Rivadavia (Pampa de Malaspina y Transpa) y unos 50 MW en Bahía Blanca (ABO Wind). Lejos del producto potencial.
Atentas al horizonte propicio que exhibe el sector, compañías como IMPSA, del grupo Pescarmona, y la patagónica NRG, lideran los principales proyectos promovidos por el Estado. Ambas compañías tienen a su cargo la instalación de equipamiento en Comodoro Rivadavia, Chubut, para la concreción del programa Vientos de la Patagonia I, una iniciativa que le asegurará a la provincia 60 MW de energía renovable.
Pescarmona ya instaló su primer prototipo de aerogenerador y NRG hará lo propio antes de junio. El rendimiento de esta capacidad inicial instalada será evaluado y, una vez ajustado a certificaciones internacionales, desde la provincia se liberará la autorización directa que habilita la instalación de un parque de 60 MW en territorio chubutense.
“Esta propuesta viene a sumarse a lo instalado en Comodoro Rivadavia, que ya produce 17 MW de origen eólico. El primer parque comenzó a funcionar en 1994 y hoy cuenta con 26 máquinas en funcionamiento, las cuales se instalaron por etapas. El nuevo parque retoma los incentivos para el desarrollo de energía eólica que fueron abandonados en tiempos de Menem y De la Rúa”, explicó Héctor Mattio, director del Centro Regional de Energía Eólica (CREE), ente que coordina y evalúa del desarrollo de la alternativa energética en el país.
Considerado el mayor especialista argentino en energía eólica, Mattio sostuvo que la puesta en marcha de Vientos de la Patagonia I no hace más que cumplir con los preceptos de la ley 26190 promulgada en 2007, la cual establece que el 8% de la matriz energética de la Argentina en 2015 debe ser provista por alternativas renovables.
“Para acercarnos a ese margen se está trabajando para lograr una producción de 300 MW en alrededor de tres años. Sesenta de esos MW corresponderán a Vientos de la Patagonia I, mientras que otros 60 MW provendrán del futuro Vientos de la Patagonia II (Santa Cruz), 100 MW de Vientos del Buen Aire (en la provincia de Buenos Aires), y el resto de parques que se instalarán en La Rioja, Neuquén y Río Negro”, dijo.
Los próximos Vientos de la Patagonia II y Vientos del Buen Aire también serán desarrollados por Pescarmona y NRG. Aunque todo dependerá de las certificaciones y buenos resultados que arroje la primera experiencia en Comodoro Rivadavia.
Más allá de los protagonistas, la oportunidad de negocios resulta altamente atractiva: la instalación de un parque eólico de 60 MW contempla la instalación de cerca de 40 aerogeneradores, lo cual demanda una inversión cercana a 120 millones de dólares.
La decisión oficial de llegar a 300 MW en 2012 garantiza a los proveedores posibilidades de negocios por 600 millones de dólares a medo plazo.
“Cada plan es visto como una oportunidad para generar nuevos puestos de trabajo, además de asegurar energía limpia y renovable. Si bien propuestas como ‘Vientos de la Patagonia I’ vienen frenadas desde el 2006, Argentina cuenta con capacidad tecnológica para recuperar el auge que alguna vez hubo en los años ‘90”, señaló.
Una muestra de la decisión por retomar la senda perdida parte de los lineamientos fijados por Chubut para Vientos de la Patagonia I. Así, el proyecto fija que el 60% de los componentes de las aerogeneradores a instalar sean de fabricación nacional.
“Ya para Vientos de la Patagonia II y Vientos del Buen Aire se contemplará que los equipos sean desarrollados 100% en el país. IMPSA y NRG podrían cumplir con este requisito, y lo mismo creemos de INVAP, que tiene un proyecto para desarrollar un equipo capaz de producir 1,5 MW”, indicó.
En la actualidad, la Argentina cuenta con una capacidad de generación instalada de 31 MW. Cutral-Có, Punta Alta, Tandil, Darregueira, Mayor Buratovich, San Juan y Comodoro Rivadavia son algunos de los puntos que ya cuentan con aerogeneradores instalados y en funcionamiento.
En la mayoría de los casos, los proyectos fueron impulsados por las cooperativas eléctricas de cada lugar. Pero también existen otras iniciativas privadas con posibilidades de desarrollo que permitirían alcanzar el 8% de cuota de energía renovable fijado para dentro de 6 años.
“Está el proyecto Malaspina en Chubut, por ejemplo, que contemplaría la instalación de 40 molinos eólicos y una producción de 80 MW, o Ingentis, también en la misma provincia, que garantizaría otros 100 MW si es concretado”, detalló Mattio.
Otra propuesta privada de relevancia es el parque eólico Arauco, en La Rioja, cuya licitación para el desarrollo de la segunda etapa del proyecto acaba de quedar en manos de Pescarmona.
A través de IMPSA el grupo instalará 12 aerogeneradores de 2,1 MW en un parque que, financiado por el Banco Nación y la provincia de La Rioja, demandará una inversión total de 230 millones de dólares.
La Patagonia y ciertas zonas de la llanura pampeana son ideales para generar una energía limpia, con pocos puntos en contra. Sin embargo, aún falta decisión política para encarar el reemplazo de los hidrocarburos.
Basta un ejemplo: el viento que sopla en Comodoro Rivadavia es el doble del que alimenta los aerogeneradores de Alemania, el país más avanzado en esta tecnología (sobrepasa los 20.000 megavatios eólicos instalados, cerca del total de la demanda energética argentina, que apenas tiene 31 MW eólicos).
A favor. “La Argentina sobresale por el potencial enorme de su viento, que es un recurso excepcional a nivel mundial. Tenemos estepas con baja vegetación y un corredor de vientos importante que sólo podría igualar algún parque off shore”, señala Hugo Brendstrup, directivo de INVAP, empresa del Estado nacional y de Río Negro, dedicada a energías no tradicionales.
Además de esas condiciones naturales únicas, el país cuenta con cierto grado de desarrollo técnico que debería aprovechar, entre otras razones para no perder terreno respecto de Brasil también en este ámbito (hoy el país de Lula tiene casi 100 veces la capacidad instalada nacional). “Este es uno de los pocos países de la región que tiene la infraestructura técnica y humana para fabricar equipamiento. Venimos trabajando desde hace cinco años, y creo que en un par de años más la energía eólica va a ser una realidad”, expresó Emilio Guiñazú, gerente general de IMPSA Wind, empresa perteneciente al Grupo Pescarmona que diseña y fabrica aerogeneradores de potencia, y acaba de terminar un parque de 100 MW en el estado brasileño de Ceará.
En contra. No son muchos los puntos negativos. Entre ellos, se menciona el tema del impacto visual que pueden provocar aerogeneradores de más de cien metros de alto. Otro inconveniente tiene que ver con la posible afectación de las aves migratorias.
El camino que ya se transitó en el orden local en general se debe a esfuerzos puntuales, sin una política clara al respecto. “No es que nuestro sector reclame beneficios sino que, al revés, si recibiéramos apoyo, eso redundaría en muchos beneficios que los políticos no terminan de entender”, señaló Guiñazú. Y agregó: “El más obvio es el de generar energía renovable, sin emisión de gases de efecto invernadero, a un costo competitivo comparado con la situación actual en la que generar energía eléctrica supera los 150 dólares por MWh; la eólica cuesta alrededor de la mitad”.
Argentina lo tiene todo. Una vez más, será cuestión de aprovechar la oportunidad. “La industria eólica crece a razón de 30% por año en todo el mundo. Argentina lo tiene todo para recuperar terreno en la región, y no estar tan lejos de países como Brasil, que en un principio estaba detrás de nuestro país y hoy cuenta con una capacidad instalada muy superior”, comentó.
Según Mattio, sumando iniciativas estatales y privadas, Argentina podría alcanzar los 700 MW para 2012. “Todo dependerá de la voluntad política y las inversiones”, dijo. Y añadió: “Y también del viento, claro. Como sucede con el agua en las hidroeléctricas, si no sopla entonces no habrá energía que garantizar”.
Contando la generación térmica, hidroeléctrica y nuclear, la potencia energética instalada en Argentina es de 24.033 megavatios (MW), mientras que los parques que capturan el viento apenas alcanzan los 31 megavatios. Apenas el 0,12 por ciento de la potencia total instalada, de acuerdo a un informe de la Asociación Argentina de Energía Eólica.
Mientras Europa siembra sus campos de molinos y la administración de Barack Obama puso el tema entre sus prioridades, la Argentina mantiene un enorme potencial para desarrollar energías renovables como las que surgen del viento, los mares, la tierra y el sol, pero avanza demasiado lento, coinciden fundaciones ambientalistas y estudios privados.
"En la actualidad, el país está en condiciones de entrar con 2.100 megavatios eólicos al Sistema Interconectado Nacional, 200 de ellos en forma inmediata", estima el mencionado informe de la Asociación que encabeza el austríaco Erico Spinadel. Eso, en la hipótesis de máxima, es 750 veces más de lo que los molinos aportan ahora, y resultaría en 75 veces más de recursos energéticos: un buen complemento para situaciones de crisis.
"Estamos retrasados, pero la Argentina tiene una proyección importante. Llegaron a existir más de 500.000 molinos en el país, no para generación eléctrica sino para riego y bebida del ganado, pero esa tradición se perdió", explica Hilda Dubrovsky, especialista de la Fundación Bariloche. A su juicio, "el potencial podría estirarse a los 3.000 megavatios, lo que significa un Yacyretá y medio".
Además del diseño, falta infraestructura, considera Alberto Anesini, coordinador del área de Energías Renovables del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI): "La red de distribución no está pensada para traer todas las energías que se producen en el sur. Si mañana se instala una gran planta de miles de megavatios más allá del paralelo 42, no hay forma de conectarla en forma eficaz con ciudades lejanas.
Como resultado, Argentina está muy lejos de los primeros puestos en el ranking de países que buscan en estas tecnologías los sustitutos del petróleo que se acaba y de los recursos naturales que se malgastan. A la cabeza van Alemania, Estados Unidos (el mayor emisor de gases contaminantes del efecto invernadero), España y e India. Portugal aparece en el décimo lugar y su electricidad proviene en un 43 por ciento de fuentes de energía renovables.
Argentina figura en el puesto número 40 de esa tabla preparada por la Asociación Mundial de Energía Eólica, por debajo Estonia y Luxemburgo.
En octubre pasado, el parque eólico Antonio Morán, que queda en Chubut y es el más grande del país, comenzó a entregar energía a los consumidores nacionales. El año que viene, además, comenzará a operar el parque eólico de Arauco, en La Rioja, que realiza la empresa IMPSA, del Grupo Pescarmona. "Es un hito -dijo la firma en un comunicado-, significará la independencia energética de la provincia", porque en la última etapa podrá abastecer el 45 por ciento de la demanda actual, que ahora se "importa" de otros distritos.
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Argentina Opens Bidding On Green Energy Projects Totaling 1GW
Argentina’s state-run energy company Enarsa this week opened bidding for multiple renewable-energy projects whose combined output will total 1 gigawatt.
The projects, which aim to produce cheaper energy and reduce Argentina’s reliance on non-renewable sources of power, call for the building of new wind, solar, geothermic, and biomass plants. The government expects 500 megawatts of the new power to be generated by wind turbines.
Government officials hope the new projects, which each offer 15-year contracts, will lead companies to invest around $2.5 billion in the sector.
The government wants to boost the percentage of power generated with renewable energy to 8% by 2016. Green energy now accounts for about 1% of locally generated power.
Energy Secretary Daniel Cameron said this week that the government is committed to promoting the use of Argentine components in the construction of power plants.
"We’re taking this new step to improve the quality of our lives, protect the environment, create jobs and increase national production," Cameron said.
However, it’s not clear how the requirement that companies use Argentine-made components might affect bidding or the construction of power plants.
Energy companies and even government officials have said repeatedly that in the past such requirements have stifled plans to build renewable energy generators. Among other things, one problem has been that local companies lack the capacity to mass-produce such components.
A spokesman for Enarsa was unavailable to comment.
In 2005, the government outlined a $300 million plan to produce more than 300MW at various wind farms across the country – whose most unpopulated areas in Patagonia and elsewhere often receive constant, howling winds.
But most of those grandiose projects have so far gone nowhere. Despite growing interest worldwide in renewable power, volatile oil prices, and a growing shortfall in its domestic output of natural gas and crude oil, Argentina has only managed to marginally expand its wind power capacity – from 10MW a decade ago to 29MW.
According to local media reports, companies that have expressed interest in the new projects include the U.S.-based AES Corp. (AES), the Danish wind power giant Vestas Wind Systems (VWS.KO), Spain’s Endesa SA (ELE.MC), Argentina’s Pampa Energia (PAMP), the Techint Group (TCNT.YY), Brazil’s Petroleo Brasileiro (PBR), or Petrobras, and Germany’s SoWiTec, among others.
The Argentine Patagonia region, has a very large wind potential. The Chubut Wind Power Regional Center (CREE) estimated the theoretical potential for the region at 500 GW of electricity generation. However, this large potential is still largely unexploited. One of the reasons for this underdevelopment is that existing tariffs and incentives do not make wind power development attractive enough yet. However, the main deterrent to wind power development in the region has been the lack of transmission lines that connect the Patagonia region with the National Interconnected System. The completion of the Choele-Choel-Puerto Madryn high voltage line, the first section of Línea Patagónica, under the framework of the Plan Federal de Transporte de Energía Eléctrica eliminated this bottleneck in March 2006.
Nevertheless, wind power has increased significantly in Argentina during the last decade. Total operating wind power capacity in 2005 was 26.6 MW, shared by 13 plants. This is still only about 0.05% of the theoretical potential of wind energy in Argentina. The distribution of number plants and total capacity is:
* Buenos Aires Province: 6 plants, 6,100 kW
* Chubut Province: 4 plants, 17,460 kW
* Santa Cruz Province: 1 plant, 2,400 kW
* La Pampa Province : 1 plant, 1,800 kW
* Neuquen Province : 1 plant, 400 kW
Of the 13 plants, only three have been commissioned after the year 2000, with the remaining 10 built during the 1990s.