En el artículo donde el profesor Cendrero desde la Universidad de Cantabria ha explicado cómo el conocimiento puesto al servicio de la sociedad puede facilitar el aprovechamiento óptimo de los recursos naturales, con el mínimo impacto ambiental, se comentaba que las intervenciones de los humanos en el medio natural dejan huella, por lo que es necesario ponderar las ventajas e inconvenientes asociados a las mismas.
La preocupación por hacer las cosas bien desde un punto de vista ambiental, y las indudables dificultades que este objetivo tiene en una comunidad con la riqueza paisajística y natural de Cantabria, debe hacernos especialmente cuidadosos en este aspecto. Por eso debemos mostrar nuestra preocupación por las diferencias observadas en las dos infografías que el DM mostraba el domingo 3 de agosto sobre la visibilidad de las zonas eólicas previstas: no es posible que ambas sean correctas y es claro que la credibilidad que se debe a una infografía realizada por un equipo multidisciplinar de la Universidad de Cantabria y la que ha hecho un profesional de la arquitectura no puede ser la misma.
A pesar de ello, el más elemental sentido de la precaución aconseja minimizar los impactos en el paisaje y la fauna hasta un nivel asumible, con el fin de reducir la influencia de la propaganda interesada y promover la participación pública. Actualmente hay medios técnicos virtuales que permiten visualizar el efecto de la ubicación de aerogeneradores desde distintos puntos geográficos y que pueden hacerse accesibles al público a través del uso de Internet. Resultaría muy recomendable promover una iniciativa institucional en este sentido, y más teniendo en cuenta que el sistema podría usarse posteriormente para ver impactos ambientales de otras infraestructuras.
Es importante comentar las ventajas socioeconómicas que supone el desarrollo eólico de Cantabria situando el debate en el contexto de una Comunidad pequeña, con unos sectores industriales maduros, que requieren una importante innovación para afrontar los retos de eficiencia y competitividad en los que se va a desenvolver el siglo XXI, en un marco globalizado.
En este contexto en el que Cantabria genera alrededor de 12.500 millones de euros de PIB y todo el sector industrial un valor de alrededor de 2.000 millones de euros (INE, 2006): ¿Qué puede suponer el desarrollo eólico para nuestro futuro socioeconómico?
Si la aportación al PIB del sector de la energía es de alrededor de 240 millones de euros (aproximadamente un 12% del PIB industrial) la aportación económica directa suministrada por los 1.400 MW eólicos se puede estimar entre 400 y 500 millones de euros/año, lo que significa entre el 20 y el 25% del PIB industrial, un 4% del PIB total. No entramos aquí ni en las sinergias que puede tener el desarrollo eólico en la creación de un nuevo tejido industrial en un área tecnológicamente puntera ni en los efectos secundarios sobre el resto de los sectores económicos. Estos datos indican que el impacto sobre nuestra economía sería muy favorable.
Desde un punto de vista social, estimando que la energía suministra unos 1.400 empleos asalariados en Cantabria, se podría cifrar en unos 2.500 empleos adicionales directos los generados por el desarrollo eólico, lo que supondría reducir alrededor de un 6 % la tasa de desempleo.
Estos datos permiten valorar positivamente la política industrial asociada al desarrollo eólico de Cantabria abordando, con el necesario rigor y participación, las condiciones en las que debe llevarse a cabo, minimizando los inconvenientes ambientales asociados al mismo, con el conocimiento disponible, incorporando en Cantabria las energías renovables del siglo XXI, oportunidad que conviene aprovechar tanto desde el punto de vista de generar una economía asociada al conocimiento como de contribución a la lucha contra el cambio climático. Aprovechar esta oportunidad merece el esfuerzo de forjar un consenso con los sectores interesados para que estos beneficios socioeconómicos se materialicen de una forma satisfactoria para la mayoría de la población de Cantabria, como sucede en paises como Dinamarca que constituyen una referencia en la integración de las energías renovables con la calidad de vida, que también tiene Bahía en su capital y han sabido de una forma muy inteligente compaginar la calidad de vida con el progreso sostenible.
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La energía eólica en Cantabria – El plan eólico de Cantabria por Antonio Cendrero Uceda
Antonio Cendrero Uceda es catedrático de Geodinámica Externa de la Universidad de Cantabria y académico numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y responsable del equipo de la UC.
Según las noticias que me han llegado, en las últimas semanas se ha producido bastante polémica sobre las previsiones del Plan Eólico del Gobierno de Cantabria. Aunque me encuentro desde hace meses fuera de España y, por tanto, no he podido seguir los detalles de esa polémica, como responsable del equipo de la Universidad de Cantabria que realizó el estudio de identificación de los lugares potencialmente favorables para acoger los futuros parques eólicos, creo conveniente comunicar algunas reflexiones.
El estudio citado, realizado por encargo de la Consejería de Industria y de GENERCAN y para el que se formalizó el correspondiente convenio con la UC, tenía por objetivo identificar las zonas de potencial aprovechamiento de la energía eólica con un impacto ambiental mínimo. Conviene tener presente lo de ‘mínimo’, ya que el impacto ‘cero’ no existe, ni para esta ni para ninguna actividad humana. Se trata, por tanto, de buscar emplazamientos que permitan llevar a cabo la actividad con afecciones limitadas, ambiental y socialmente aceptables.
Como es lógico un estudio técnico de este tipo no es ni debe ser una prescripción que determine las decisiones finales. Es únicamente uno entre los distintos elementos de juicio que los responsables tienen a su disposición. Sin conocer las decisiones que tomará el Gobierno de Cantabria, me parece oportuno explicar el procedimiento seguido y los resultados obtenidos. Como coordinador del estudio, asumo la totalidad del contenido de los trabajos realizados por los diferentes equipos que contribuyeron al mismo y, por supuesto, la responsabilidad correspondiente, pero acepto como algo natural que otras personas tengan criterios distintos, porque toda evaluación se realiza desde una selección de criterios que siempre será debatible.
Se partió de un estudio preexistente, proporcionado por GENERCAN, en el que se identificaban las zonas con recurso eólico aprovechable. A continuación se descartaron todas aquellas en donde pudiera haber afecciones negativas a los siguientes elementos: calidad del suelo, Directiva Hábitat (incluyendo LICs y ZEPAs), red Natura 2000, formaciones vegetales de interés, turberas, árboles singulares, área de protección del Oso Pardo, áreas incluidas en el convenio Ramsar, espacios naturales protegidos, Plan de Ordenación del Litoral, perímetros de exclusión alrededor de núcleos de población y vías de comunicación, patrimonio arqueológico, histórico y geológico, aves, otras especies sensibles (catálogo de la Consejería de Biodiversidad).
En concreto, el estudio relativo a las aves, realizado por la Sociedad Española de Ornitología, ha tenido en cuenta las Áreas de Importancia para las Aves (IBA), los collados que son zonas de paso y las áreas de distribución de 7 especies muy significativas. Todas las áreas en las que, por parte de los grupos de expertos, se ha considerado que podría haber impactos no deseables sobre un elemento fueron eliminadas.
Con la mayoría de los elementos del medio, los que pueden decir si los impactos son aceptables o no son los especialistas correspondientes, y así lo han hecho. En el caso del paisaje la situación es diferente, ya que se trata de un problema de percepción cualitativa y sensorial que afecta a todo el mundo, muy influido por las apreciaciones subjetivas, y la opinión de los ‘especialistas’ no tiene por qué ser la que la sociedad considere más aceptable. Por ello, en el trabajo se ha acudido a proporcionar elementos de juicio para la decisión, que incluyen aspectos cuantitativos y de percepción.
Para cada polígono se ha determinado el «área de visibilidad máxima», o superficie de Cantabria desde la cual se podría ver, sea cual sea la distancia, un generador situado en el punto más alto de dicho polígono. Igualmente se ha determinado la superficie de visibilidad, número de generadores que se verían desde cada punto, número de personas residentes y km de carreteras de distinto tipo en dicha superficie, dentro de un radio de 8 km. Esto se ha hecho como mera orientación, para disposiciones hipotéticas de ‘molinos’ en los posibles parques. Por último, con el fin de abordar los aspectos de percepción, se han hecho simulaciones que permiten ver, de manera virtual y desde distintos puntos de vista, los despliegues hipotéticos citados.
Para esos despliegues se han hecho también simulaciones de barreras visuales (arbolado) que han servido para poner de manifiesto que en unos casos la mitigación de los impactos visuales es posible y en otros no. Lógicamente, los proyectos finales que presenten las empresas serán diferentes, y a partir de ellos se podrá definir con precisión su posible impacto visual. Lo que no hace el estudio es decir si un cierto impacto visual es o no aceptable. Simplemente lo mide y lo muestra. Ha de ser la sociedad, a través de sus órganos representativos o por el medio que se determine, quien diga lo que considera aceptable.
En conjunto, se han identificado 38 polígonos potencialmente aptos, con una superficie equivalente al 2% del territorio de Cantabria y al 6% de las zonas con recurso eólico aprovechable, lo que muestra que se ha sido muy riguroso con los criterios de exclusión. Para cada uno de esos polígonos se han indicado los pros y los contras que presentan y se han hecho recomendaciones a tener en cuenta al diseñar y ejecutar los parques.
En el trabajo se ha insistido en que lo que se delimitan son zonas potencialmente aptas, a falta de definir con exactitud el número, características y lugares de emplazamiento de los generadores e instalaciones complementarias en cada parque, así como el trazado y naturaleza de las pistas de acceso. Sin dicha definición, que ha de hacerse al diseñar por parte de las empresas los proyectos, es imposible evaluar con precisión los distintos impactos. Simulaciones como las que han aparecido en la prensa, o como las muchas que el propio equipo de trabajo ha realizado, son simplemente suposiciones apriorísticas para hacerse una primera idea.
Desde hace casi 40 años he dedicado la mayor parte de mi actividad académica a trabajos que han tenido como eje conductor la protección, conservación y uso sostenible del medio. Me considero claramente un ‘ambientalista’, pero procuro abordar el tema desde una perspectiva científica, basada en datos y razonamientos. Mi participación en organismos nacionales e internacionales sobre el Cambio Global me ha llevado al convencimiento de la importancia que tiene el que, en el plazo más corto posible, seamos capaces de sustituir los combustibles fósiles por otras fuentes de energía, preferiblemente renovables y no contaminantes (pero, no nos engañemos, nunca con impacto cero), y también de reducir nuestro consumo de energía. Personalmente creo que la apuesta por las energías renovables es acertada. Permiten aprovechar una fuente de energía que no se agota, no contaminan y son totalmente reversibles. En el futuro se pueden desmontar dejando una huella prácticamente nula en el medio.
Una última aclaración. Ni estoy ni he estado nunca ligado a ningún partido. No estoy «al servicio del gobierno» ni «a sueldo de las empresas eléctricas». Cuando la Consejería de Industria me pidió que coordinara este trabajo, dije desde el primer momento que lo haría, pero que quedara claro que yo no cobraría ni un euro, precisamente para mantener mi independencia, entre otros ante la propia Consejería. El que se suscite polémica en relación con temas como este es bueno y democráticamente saludable. Eso sí, conviene hacerlo contemplando las distintas variables implicadas, sin dogmatismos, sin pensar que uno tiene la verdad absoluta y que representa en exclusiva el sentir de la sociedad.
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La eólica en Cantabria: Progreso sostenible y desarrollo eólico por Angel Irabien
La energía eólica es una de las tecnologías renovables para responder a la demanda de energía de la sociedad que sustituye a los combustibles fósiles, por el viento como fuente primaria de energía.
Angel Irabien es Catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Cantabria.
Cantabria tiene una historia de energía renovable, fundamentalmente mini-hidraúlica asociada al progreso, que le ha permitido compatibilizar las necesidades sociales (fundamentalmente de empleo) y de bienestar económico (fundamentalmente de creación de riqueza), con la conservación del patrimonio natural y cultural.
Parece indudable que el principal instrumento que tenemos para avanzar en EL PROGRESO SOSTENIBLE de Cantabria en el siglo XXI es la planificación y la valoración clara y transparente de los retos que plantea nuestro desarrollo ponderando equilibradamente las variables sociales, ambientales y económicas con una participación activa de los interesados en la toma de decisiones.
En este contexto conviene adelantar que, como sabemos todos es prácticamente imposible desarrollar planes y programas en los que no haya que ponderar las ventajas que presentan las alternativas discutidas con los inconvenientes asociados a las mismas. En lo que respecta al desarrollo del Plan Energético de Cantabria, el punto de partida es dificil ya que se ha iniciado con la eliminación de la moratoria que pretendía evitar la degradación del paisaje de Cantabria, cuyo resultado ha sido que nuestra Comunidad ha visto degradado irreversiblemente una parte de nuestro paisaje de montaña, en la zona de Soba, a pesar de dicha moratoria.
Por lo tanto el primer Plan No-Eólico de Cantabria desarrollado entre 1995 y 2001 ha tenido unos resultados que se pueden considerar como pésimos, ya que la política de gestos (moratoria) ha primado sobre la política de progreso sostenible que permite valorar detenidamente los resultados de cada escenario, con participación de los sectores interesados para tomar las decisiones que beneficien a la mayoría.
Por lo tanto y para no volver a cometer errores pasados, debemos avanzar en el análisis de los principales beneficios e inconvenientes que presenta la energía eólica, para intentar racionalizar el debate, que en alguna medida ya esta perfilado en el Parlamento y en la calle:
BENEFICIOS La energía eólica es una de las tecnologías renovables para responder a la demanda de energía de la sociedad que sustituye a los combustibles fósiles, por el viento como fuente primaria de energía, por lo que, desde un punto de vista ambiental: a) Reduce la dependencia de fuentes primarias de energía escasas, y b) No genera gases de efecto invernadero, y no contribuye al cambio climático. Desde un punto de vista social a) Genera empleo tecnológico de elevada cualificación y b) Genera empleo para la instalación conservación y mantenimiento, especialmente en zonas rurales o marítimas y desde un punto de vista económico, a) Es una tecnología que conduce a actividades productivas que generan riqueza económica, y b) Mejora la balanza económica de la Comunidad.
INCONVENIENTES. La energía eólica desde un punto de vista ambiental requiere una ubicación en tierra o mar, que: a) Permita conservar los paisajes singulares de la Comunidad y b) Permita conservar la fauna (principalmente aves) afectada por la misma. Desde un punto de vista social, a) los beneficios de empleo cualificado sería deseable que quedaran en Cantabria y b) Los beneficios para las zonas rurales o marítimas deben tener en cuenta el progreso social de la mayoría de la población de la misma, y desde un punto de vista económico a) Los beneficios económicos asociados a la actividad deben generar riqueza en Cantabria y b) la reducción de las importaciones de combustibles fósiles debe beneficiar económicamente e la Comunidad.
Estos son los puntos básicos del debate para la integración de la energía eólica en el progreso sostenible de Cantabria, en la magnitud y condiciones que MAS NOS BENEFICIE A LA MAYORIA descartando posiciones, "a priori", que; aunque comprensibles, como la anterior moratoria solo han perjudicado al paisaje de montaña de Cantabria sin ofrecer ningún beneficio a cambio.
www.gruposodercan.es/archivos/documentos_contenidos/1050_13.EstrategiaAmbiental.pdf
www.genercan.es/genercan/plan_eolico/ampliar.php
www.genercan.es/genercan/plan_eolico/ampliar.php