El modelo ‘Trabant NT’ o ‘new Trabi’, heredero del auto que los alemanes del este llamaban afectuosamente ‘Trabi’, será presentado el 17 de septiembre con todos los honores por su diseñador, el fabricante de repuestos Indikar, asociado a un fabricante bávaro de modelos de miniatura, Herpa.
El ‘Trabi’ de antaño tenía una carrocería de material sintético, de su tubo de escape emanaba un olor desagradable y sólo alcanzaba una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora. Sin embargo, era el único vehículo que podía comprar la mayoría de los alemanes del Este, siempre que estuviera entre diez y quince años en la lista de espera.
El nuevo ‘Trabi’ conserva las formas cuadradas de su antecesor, pero será un vehículo eléctrico más ecológico.
"Será un vehículo eléctrico con el techo de paneles solares, destinado a la ciudad y a los pequeños trayectos", indicó el director de Indikar, Ronald Gerschewski, a la prensa de Sajonia (este), donde está establecida su empresa y donde nació el primer Trabant, en 1957.
"En el interior, habrá conexiones para un navegador satelital, teléfono móvil y un i-Pod", precisó.
"No será un modelo retro, no queremos apegarnos a la ‘Ostalgia’", la nostalgia de la RDA, asegura Indikar. El nuevo ‘Trabi’ se concibe más bien como una "novedad verde y refrescante" con una autonomía de 250 kilómetros.
Sin embargo, su comercialización todavía es hipotética.
IndiKar y Herpa sueñan con lograrlo en 2012, pero aun no tienen inversores para financiar el proyecto. Apuestan por este Salón de Francfort para encontrarlos y producir luego en serie.
Herpa, que obtuvo los derechos de la marca ‘Trabant’ tras caer el Muro de Berlín, construyó el modelo reducido del mítico automóvil, que tuvo un gran éxito. Esto le dio la idea de darle una segunda vida al único y mítico vehículo fabricado en la RDA.
El fabricante bávaro había evocado su proyecto en 2007 en el Salón del Automóvil de Fráncfort. De las 11.500 personas interrogadas, un 93% apoyaba la idea de crear un Trabant moderno y muchas dijeron estar dispuestas a comprar uno, según Indikar.
En la actualidad, los viejos Trabant casi desaparecieron de la circulación.
Tres millones de ejemplares de color beige, celeste, verde oliva, amarillo mostaza y rosa bombón fueron producidos en las fábricas de VEB Sachsenring Automobilwerke Zwickau, pero sólo unas decenas de miles están aun matriculados.
El primer vehículo salió de la fábrica de Zwickau, en Sajonia, en 1957. El Trabant continuó produciéndose hasta 1991, dos años después de la caída del muro.
Los nostálgicos organizan regularmente manifestaciones de ‘Trabi’ en Alemania, a las que asisten coleccionistas, admiradores y curiosos.
En Berlín se realizan incluso visitas guiadas en Trabant. Varias unidades circulan una detrás de otra por un itinerario establecido y comentado por un guía que va sentado en el primer coche de la caravana.
Con ocasión de los 15 años de la reunificación alemana en 2005, un modelo único fue realizado y subastado: el ‘Gobbi’, que unía la parte delantera de un Volkswagen Golf y la parte trasera de un Trabant para simbolizar la unión de dos símbolos, uno del Oeste y otro del Este.
Queda ya poco por ver en este renacimiento de los vehículos eléctricos. Quizás algún nostálgico quiera resucitar el Seat 600 como coche eléctrico.
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Smoke-spewing Trabant poised for rebirth as electric car
Once the much-mocked symbol of drab communist East Germany, Trabant cars are revving up for a dramatic rebirth as electric cars — 20 years after they drove through the fallen Berlin Wall to freedom.
A team of German firms is developing the "new Trabi" or Trabant NT, a revamped version of the famously unreliable and unattractive cars, and is aiming to unveil a prototype at the Frankfurt motor show in September.
And in contrast to the old model, whose noisy two-stroke engine sent a polluting cloud of burnt oil and petrol into the air as it chugged slowly through the streets behind the Iron Curtain, the new 21st century Trabi could hardly be greener.
"It will be an electric car with a solar panel roof, designed for the city and small trips," said Ronald Gerschewski, head of IndiKar, the East German auto firm that originally made the Trabant and is now plotting its return.
"Inside, there will be connections for a sat-nav, mobile phone and iPod," Gerschewski told the regional press in Saxony, where the company is based.
However, the company insists it is not looking to capitalise on so-called "Ostalgie", the German word meaning nostalgia for the artefacts of the communist era.
"It will not be a retro model," IndiKar said, but a "green and refreshing novelty."
Whatever the motives, there is no doubt the Trabant still commands a place in Germans’ affections, two decades after the Berlin Wall was pulled down in a peaceful revolution.
When the proposal of relaunching the Trabant was first mooted in 2007 at the Frankfurt motor show, a snap poll of 11,500 people showed that 93 percent were in favour, with many saying they would be prepared to buy one, said IndiKar.
And the idea itself of a full-blown Trabant rebirth was sparked by the enormous success of miniature models made by IndiKar’s partner Harpa, which has sold hundreds of thousands of tiny Trabis to nostalgics.
Meanwhile, enthusiasts hold Trabi rallies and tourists queue up for a chance to ride one around the old communist sights of East Berlin.
It is a far cry from the time when it was the East Germans who had to queue up to get a prized Trabi. The difference is that under communist rule behind the Iron Curtain, the waiting queue could last up to 15 years.
Having saved up a year’s salary and counted down the years, the lucky East German could choose a Trabant in any colour he pleased — as long as it was garish — mustard yellow, pink and peppermint green were all possibilities.
The bodywork was made of plastic mixed with paper or cotton fibre to save on steel imports, the back windows did not open and its top speed was a laughable 120 kilometres (75 miles) per hour.
But that is not to say the East Germans were not proud of their motors. Considered as one of the family, the cars were often bestowed with pet names such as "Micha" or "Bert."
The last Trabant, a candy pink model, was produced in 1991, 34 years after the first of around three million rolled off the production line of the VEB Sachsenring Automobilwerke Zwickau in Saxony.
However, while the idea of Trabis put-putting around the streets of Berlin once again may appeal to many, it is by no means guaranteed.
IndiKar and Herpa are aiming to produce the Trabi commercially from 2012 but are on the hunt for investors.
They are counting on the Frankfurt show to unearth someone to help with finance to get the all new eco-friendly Trabis off the drawing board and once again gracing the streets of the former East Germany.