Kinetika Innovacións Estruturais está impulsada y participada principalmente por empresas del sector de las construcciones metálicas: Ahitosa SL y Ahinox SL. El propósito de este nuevo proyecto instalado en Tecnópole no es la producción, sino la implantación de infraestructuras científico-tecnológicas que permitan afrontar los nuevos retos que se plantean en el ámbito del incremento, innovación y optimización de las estructuras metálicas vinculadas con las energías renovables, fundamentalmente las torres para aerogeneradores. A medio plazo se prevé que las empresas fabricantes puedan incorporar a sus cadenas de producción los modelos desarrollados en Kinetika. Además, la internacionalización de su actividad está proyectada en 2010.
Durante el acto de inauguración, al que siguió una visita guiada por las instalaciones, el gerente de la empresa, José Luis Salgado, recordó que Kinetika cuenta con la cualificación de Iniciativa de Empleo de Base Tecnológica (IEBT) y que su planta en Tecnópole ha sido construida y equipada con el soporte financiero del Plan Galego de I+D+i y del Plan Nacional de I+D+i.
Patente para torres octogonales
Los primeros prototipos que saldrán de la planta se harán en base a la patente registrada por la empresa con el nombre ‘Pétalo metálico plegado aplicado a la construcción de torres eólicas’. La propuesta con la que Kinetika inicia su trayectoria es una solución innovadora que revoluciona el método de construcción de las enormes torres sobre las que se soportan los rotores y las palas de los aerogeneradores, con ventajas significativas a nivel de costes y operatividad.
En resumen, se trata de sustituir las complejas torres circulares de los parques eólicos por torres octogonales que podrán ser trasladadas fácilmente en secciones, prescindiendo de los transportes especiales, y montadas en destino. Además, el tratamiento del material de estas secciones, que se fijarán mediante tornillos, es mucho más resistente a la corrosión.
Esta patente ha sido desarrollada con el objetivo de superar los retos tecnológicos más urgentes que presentan las torres eólicas: la resistencia al peso y a la corrosión.
La mayoría de las torres en los aerogeneradores modernos son tubulares troncocónicas de acero. Las torres son ensambladas a partir de subsecciones cónicas más pequeñas, que son cortadas y laminadas con la forma deseada y posteriormente unidas por soldadura. Estas torres suelen fabricarse en secciones de 20 a 30 metros, con las consiguientes complicaciones para el transporte, por tren o carretera, ya que el peso oscila entre las 40 y las 80 toneladas.
Además, debido a la necesidad de aumentar la eficiencia de los aerogeneradores, se requieren turbinas cada vez más grandes, factor que incide directamente en el aumento del tamaño y resistencia estructural de las torres. Por lo tanto, se hace necesaria la aparición de sistemas más rápidos, más precisos y, a poder ser, más económicos para la fabricación de torres destinadas al sector eólico.
A esto se suma que estas estructuras deben soportar todo tipo de inclemencias meteorológicas, lo que se consigue mediante el tratamiento superficial con pinturas especiales para metales, pero estas se descascarillan con relativa facilidad y el repintado se convierte en una ardua tarea cuando la torre se encuentra en posición vertical con la turbina en funcionamiento.
La solución planteada por Kinetika comienza atacando el problema de la corrosión, con la conclusión de que es imprescindible galvanizar las torres, ya que este tratamiento garantiza que su mantenimiento sea casi nulo durante su periodo útil. Dado que el galvanizado se corrompe con la soldadura, se buscó una alternativa que de paso supusiese un traslado mucho más fácil, en vehículos comunes y sin necesidad de recurrir a transportes especiales.
El resultado es el montaje de las torres a partir de secciones verticales planas que puedan ser producidas de forma continua, transportadas de forma convencional y ensambladas en destino mediante tornillos, dando lugar a torres de sección octogonal. Esto permitirá construir soportes para aerogeneradores de envergadura mayor –y por tanto mayor resistencia al peso- a la que en la actualidad se permite transportar por carretera, ya que la ley limita el diámetro de las torres circulares a 4,5 metros, y superar las dificultades y el coste que entrañan el curvado de estas estructuras tal y como se viene haciendo hasta ahora.
Según explicaron los responsables de la empresa, todo esto permitirá rebajar los costes de producción y de transporte y aumentar enormemente la resistencia a los cambios meteorológicos de las torres.