La implantación del vehículo eléctrico en España por Miguel Sebastián

Sebastián, que participó en la clausura de una Jornada sobre el futuro del vehículo eléctrico organizada por Unidad Editorial, aseguró que el coche eléctrico se amolda a las necesidades y realidades de España y adelantó que la promoción de este tipo de los vehículos será una de las prioridades del departamento ministerial que dirige durante la próxima Presidencia española de la UE.

Según explicó, el automóvil eléctrico encaja en el compromiso de España con la reducción de las emisiones de CO2, ayudará a una mejor integración en el sistema eléctrico de las energías renovables, sector en el que España es una potencia mundial, y contribuirá a rentabilizar de una forma medioambientalmente sostenible las infraestructuras viarias construidas en los últimos años.

Discurso de Miguel Sebastián:

Señoras y Señores, para mí siempre es una satisfacción ser invitado por Unidad Editorial a clausurar unas jornadas. En este caso la satisfacción es mayor por ser el vehículo eléctrico el centro de las mismas. Hace poco más de un año, cuando el Ministerio que dirijo decidió hacer una apuesta de política energética e industrial por el vehículo eléctrico, mucha gente la recibió con indiferencia o con escepticismo, o incluso, con cierta sorna: algunos hablaron del “cochecito eléctrico”.

Un año después, el vehículo eléctrico está en boca de casi todo el mundo y como muestra, dos botones. En el Salón del automóvil de Detroit de 2007 se presentaron 4 modelos híbridos o eléctricos. En 2009 han sido 12 los modelos presentados, el triple. Asimismo, en el Salón del automóvil de Barcelona de 2007 se presentó un solo modelo híbrido, mientras que en 2009 se han presentado 7 modelos híbridos o totalmente eléctricos. Se ha multiplicado por 7. Tampoco debe ser casualidad que un semanario tan prestigioso como The Economist acabe de publicar un reportaje especial sobre el vehículo eléctrico y, que en España, un grupo tan relevante como Unidad Editorial organice unas jornadas dedicadas en exclusiva al vehículo eléctrico.

El vehículo eléctrico, en su modalidad híbrida enchufable o pura, es, en mi opinión, el futuro de la industria del automóvil. Una industria que, pese a los actuales momentos de dificultad por los que está atravesando como consecuencia de su elevada exposición al ciclo de crédito, está empezando a aportar datos positivos. En efecto, por el lado de la oferta, la semana pasada conocimos el dato de producción de vehículos en agosto en nuestro país, que mostró un espectacular crecimiento del 47,5% en relación a agosto del año pasado. Y, por el lado de la demanda, las matriculaciones de automóviles han experimentado un cambio de tendencia y, tras meses de caídas, que alcanzaron hasta el 40% en los primeros meses del año, en agosto se ha producido un cambio de tendencia, ya que por primera vez en más de un año no se produjo una caída en las matriculaciones.

Creo que hay unanimidad en reconocer que este cambio de tendencia se debe al Plan 2000E, puesto en marcha por el Gobierno con la colaboración de los fabricantes y de la mayoría de las CCAA. Los datos que tenemos del mes de septiembre muestran un crecimiento en el entorno del 40% en las matriculaciones de turismos particulares. Se trata, sin duda, de datos de producción y matriculación de automóviles muy positivos, si bien todavía queda mucho camino por recorrer para llegar a unos niveles de actividad que mantengan la posición de liderazgo internacional de nuestra industria. Sin embargo, los difíciles momentos por los que está atravesando la industria del automóvil, no deben impedir ver el brillante futuro que la contempla. No lo digo yo, lo dicen los datos.

La mayoría de los estudios afirman que en los próximos 40 años, el número de coches podría llegar a los 3.000 millones, 4 veces más que la cifra actual, fruto, fundamentalmente, del empuje de demanda que van a experimentar países como China o India. Estos datos ponen de manifiesto el enorme potencial que tiene el vehiculo eléctrico. No sólo porque se va a multiplicar por 4 el número de vehículos en el mundo, sino también porque esta expansión de la industria del automóvil sólo será medioambientalmente sostenible si se produce a través del vehículo eléctrico. En efecto, a día de hoy los coches generan el 10% de los gases de efecto invernadero responsables del cambio climático. Multiplicar por 4 el número de vehículos, supondría elevar un 30% las emisiones actuales globales de gases de efecto invernadero, algo, desde todo punto de vista, insostenible.

El compromiso internacional contra el cambio climático, cada vez más unánime como estoy seguro se podrá comprobar en Copenhague el próximo mes de diciembre, hace inviable la expansión de la industria del automóvil, si no es a través de vehículos con cada vez un menor consumo de energía y unas menores emisiones de CO2. Esta es la razón y no otra por la que considero que ha llegado el momento del vehículo eléctrico. Los vehículos eléctricos comenzaron a desarrollarse a principios del siglo pasado. Sin embargo, el desarrollo del motor de combustión, la abundancia de recursos energéticos y la falta de concienciación para hacer frente al problema del cambio climático, lo dejaron en el olvido. Pero, como digo, ha llegado su momento. Y ha llegado porque el vehículo eléctrico se amolda perfectamente a las necesidades actuales en materia de ahorro energético y de respeto al medio ambiente.

Y, sobre todo, se amolda perfectamente a las necesidades y a las realidades de España, por lo que tenemos todas las características que se requieren para ser un país ganador en la apuesta por el vehículo eléctrico.
1º.- Somos un país comprometido con al reducción de las emisiones de CO2.
2º.- Somos un país con una fuerte dependencia energética. Importamos 45.000 millones de euros al año en productos energéticos. Alguién podrá preguntar si esto es mucho o poco. Para hacernos una idea del orden de magnitud, es como si todos los días del año un representante de los países productores de energía, energía o gas llamase a la puerta de cada uno de nuestros hogares para cobrarnos 7 euros. Todos los hogares, todos los días. Los 365 días del año.
3º.- Somos un país que ha hecho una apuesta por las energías renovables y en las que el vehículo eléctrico va a jugar un papel clave para superar su talón de Aquiles: la inestabilidad de su oferta, gracias a la capacidad de almacenamiento que supone el vehículo eléctrico a través de las baterías.
Y, 4º.- Somos un país que ha apostado por las infraestructuras viarias, que sólo el vehículo eléctrico contribuirá a rentabilizar de una forma medioambientalmente sostenible.
Permítanme, sin ánimo de ser exhaustivo, reforzar estas afirmaciones con algunos datos.
-Nuestra dependencia energética se podría reducir en más de 20 puntos con respecto al 80% actual, lo que equivaldría a triplicar nuestras centrales nucleares o nuestra generación actual con energías renovables.

Por otro lado, si todos nuestros vehículos fueran eléctricos, nuestras importaciones de petróleo se reducirían a la mitad. Esto traería consigo un ahorro de más de 11.000M€ anuales en importaciones energéticas, suponiendo la generación eléctrica con nuestro mix energético actual. Esto supondría una reducción del 25% de nuestro déficit comercial actual, ahorro que podría duplicarse, con un mix basado enteramente en energías renovables. Ahorro de transferencia de renta al exterior, que se traducirá en empleo y riqueza nacional.

Por último, con un parque de coches eléctricos, se obtendría un ahorro de 81 millones de toneladas de CO2 al año, el equivalente al 81% de las emisiones del sector transporte. Esto no sólo supondría un mejor medioambiente: (es el equivalente de plantar más de 2000 millones de árboles), sino que también tiene un relevante impacto económico: 1.000M€ al año en derechos de emisión de CO2.
Todas estas realidades son razones de peso para afirmar que, independientemente de que se fabrique o no en España, la mera existencia del automóvil eléctrico en nuestras carreteras es muy positiva para nuestro país.
Por esta razón, una de las prioridades de la Presidencia española de la Unión Europea, en el ámbito de las competencias del ministerio que dirijo, será el impulso al vehículo eléctrico en toda Europa. Y también por esta razón, la introducción del vehículo eléctrico en nuestros sistemas de movilidad debe ser una cuestión de Estado, alejada de cualquier tipo de confrontación política. Ese es el motivo por el que, dentro del Pacto Estado sobre la Energía que hemos ofrecido al principal partido de la oposición, el vehículo eléctrico ocupa un lugar de primer orden.

Pero debemos aspirar a más. Debemos aspirar a que nuestro país se convierta en un polo de fabricación de los vehículos eléctricos como lo ha sido y lo es de los vehículos tradicionales. Para ello, debemos comenzar a trabajar desde ya, porque serán los primeros países que se lancen a la fabricación del vehículo eléctrico, los que adquieran unas ventajas competitivas sobre las que se asentará el desarrollo futuro de la industria. Y ya hemos comenzado a trabajar, situando el vehículo eléctrico en un lugar de primer orden en el marco de nuestras políticas sectoriales. Y, para ello, por su carácter demostrador y por su capacidad para propiciar una implantación gradual del vehiculo eléctrico en núcleos urbanos, hemos puesto en marcha el Proyecto Movele.

Una iniciativa que tiene por objeto demostrar la viabilidad técnica y energética de esta clase de vehículos mediante la introducción, en un plazo de dos años, de 2.000 vehículos eléctricos. Para ello, contamos con un montante global de 8 M€ que se materializan en unas ayudas directas que oscilan entre los 750 y los 20.000 €, dependiendo del tipo de vehículo, y que, en el caso de los automóviles eléctricos, pueden llegar hasta los 7.000€.

Paralelamente, y para garantizar la viabilidad logística de este proyecto, los Ayuntamientos de Madrid, Barcelona y Sevilla van a colaborar con el Gobierno mediante la ejecución y puesta en funcionamiento de una red piloto de estaciones de recarga pública de vehículos eléctricos.

En concreto, y gracias a los convenios que hemos firmado con estas tres grandes ciudades, se van a instalar 546 puntos de recarga públicos-280 en Madrid, 191 en Barcelona y 75 en Sevilla-entre 2009 y 2010. El coste de la inversión asociada a estas infraestructuras asciende a 2,5 M€.

Movele es, sin lugar a dudas, el primer paso. Pero, como he dicho antes, nuestros objetivos van más allá. Queremos no sólo que nuestros ciudadanos se desplacen en vehículos eléctricos, sino también que ciudadanos de todo el mundo se desplacen en vehículos eléctricos fabricados en nuestro país. Con este objetivo, también hemos dado ya los primeros pasos. En efecto, y con cargo al Plan de Competitividad del Sector de la Automoción 2009, se han concedido ayudas por importe de 56 M€, para financiar proyectos de los fabricantes de automóviles que quieran fabricar en nuestro país estos vehículos.

Gracias a estas ayudas, empresas como SEAT, Renault, Nissan o Peugeot van a acometer inversiones para sentar las primeras bases de la industria del vehículo eléctrico en nuestro país por un montante global de 88 M€. Pero creemos que es necesario ir más allá de estas acciones iniciales y diseñar un plan integral de introducción del vehículo eléctrico en nuestro país. Estamos avanzando en el diseño de las principales líneas de este plan integral para la introducción de estos prototipos a gran escala.

Estas líneas de actuación del futuro Plan Integral del Vehículo Eléctrico, todavía en fase de estudio, se van a centrar en 3 grandes ejes:
1. Medidas encaminadas a facilitar la demanda de este tipo de vehículos.
2. Un programa de infraestructuras con el objetivo de desarrollar la infraestructura energética necesaria.
3. Un programa de ventajas urbanas para el que trabajaremos en colaboración con los ayuntamientos de nuestro país.
Las indudables ventajas que para nuestra industria, el medio ambiente y las ciudades tiene el vehículo eléctrico nos están animando a dedicar tiempo y esfuerzo a la culminación de un proceso al que creemos imprescindible que se una el sector privado.

Por ello, hoy les puedo anunciar que a lo largo del próximo mes de octubre voy a convocar una Cumbre Empresarial del Vehículo Eléctrico que reunirá a las principales empresas y asociaciones de los sectores implicados (energético, fabricación de automóviles y componentes de automoción, incluyendo baterías, infraestructuras, TIC y consultores) para presentarles el plan que estamos diseñando.

El Gobierno ha apostado por el vehículo eléctrico y está dispuesto a ser el catalizador de su implantación en España, pero el sector privado, que va a ser el gran beneficiario de esta apuesta del Gobierno, debe de sumarse al reto y contribuir a que España sea un país líder de esta industria. La idea es recabar las aportaciones, sugerencias y la colaboración de los sectores implicados para confeccionar un plan que debe ser de todos y que, con el menor coste posible para el contribuyente, debe situar a España a la vanguardia de una industria de alto valor añadido, de empleo de calidad y de respeto al medio ambiente. Pero no sólo será importante el papel del sector industrial y energético, sino también el de los medios de comunicación, que serán los que acerquen y familiaricen a nuestros ciudadanos con el vehículo eléctrico.

Por ello, jornadas como la de hoy son especialmente importantes, por lo que mi agradecimiento es doble: por organizarlas y por haber contado conmigo para su clausura.

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