La CNE no halla una sola irregularidad en las inspecciones al sector eólico

La Comisión Nacional de la Energía (CNE) no encontró ni una sola irregularidad en el sector eólico durante la campaña de inspecciones que viene realizando desde el pasado ejercicio para detectar posibles incumplimientos.

A las empresas les habría gustado que, en su reciente comunicación de resultados de inspecciones anuales, el organismo presidido por María Teresa Costa hubiese informado de la ausencia de irregularidades, en contra de lo ocurrido con otras tecnologías renovables.

En enero del año pasado, la CNE anunció un plan de inspecciones para 72 parques y centros de control eólicos de nueva potencia instalada desde 2007, entre los que figuraban 37 parques eólicos con funcionamiento anormal y otros 20 sobre los que había duda de si habían cumplido en tiempo y forma con la obligación de adscribirse a un centro de control.

Finalmente, durante 2009, el regulador realizó un total de 56 inspecciones a instalaciones eólicas, frente a las seis de 2008, y no encontró incumplimientos en ninguna. No obstante, para el presente ejercicio tienen programadas otras 70 visitas.

Por otro lado, la potencia eólica instalada en España supera ya los 18.000 megavatios (MW), lo que supone el 90% del objetivo de 20.155 MW del Plan de Energías Renovables 2005-2010, indicaron las mismas fuentes.

A la espera de una nueva regulación que sustituya el real decreto 661/2007, sobre la que el Ministerio de Industria y la Asociación Empresarial Eólica (AEE) ya han mantenido un primer encuentro este año, el Gobierno ha diseñado una ‘hoja de ruta’ para ir dando salida a los nuevos proyectos.

El Ministerio de Industria aprobó la construcción de 1.780 MW al año hasta 2012, cifra que situará en 22.825 MW la potencia total al final del periodo. No obstante, la AEE le pide que se permita la instalación de 2.100 MW al año y que, para ello, se pueda adelantar la carga de trabajo de los próximos ejercicio.

De esta forma, asegura la Asociación Empresarial Eólica, se evitará la destrucción de otros 3.000 empleos en 2010 y posibles deslocalizaciones.

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